
El modelo bancario que ha comenzado ha eternizarse es simple pero definitivo: socializar las pérdidas para dispersar el costo de las operaciones de alto riesgo. Lo que es lo mismo, y desde las instituciones gubernamentales, la banca ha consolidado su derecho a se rescatada cada vez que se equivoca. Un privilegio del que no gozan empresas, trabajadores y consumidores.
Los bancos han creado un mundo económico en donde el sector financiero es la esencia de la economía, aunque sus decisiones signifiquen la destrucción sistemática de empleos y de sectores productivos enteros.
Una partida que seguirán ganando: sólo hay que ver la oposición a la que se enfrenta la administración estadounidense (la primera en concederles sus ilimitadas prebendas) al intentar establecer nuevas reglas de regulación.
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