Las mujeres militares del ejercito nortaemericano han denunciado ataques sexuales cuando estaban en activo, según una encuesta realizada por la Universidad de California entre 3.000 mujeres. Estos abusos también han sido documentados por otros organismos.
Algunos estudios mencionan cifras cercanas a 40 y 50% de mujeres violentadas. Un informe del Departamento de Defensa revela que, en el 2004, el Departamento de Investigadores de Crímenes Militares recibió mil 700 acusaciones de ataque sexual que involucran a miembros del Ejército. Un total de 1.275 involucran a un miembro en servicio como víctima, y mil 305 como atacante. Sin embargo, el abuso no es sólo de tipo físico. Además del sexual directo, el acoso sexual también es parte de la vida cotidiana de las militares estadunidenses. El lenguaje con el que se dirigen a las militares en los entrenamientos es también violento: por lo general se usan las siguientes palabras: "Don’t be a pussy, don’t be a bitch". De hecho, el término más frecuente para referirse a una mujer es "bitch" en las Fuerzas Armadas.
Las mujeres que son atendidas por haber sufrido esta violencia presentan un diagnóstico de trauma sexual militar (TSM), caracterizado por el conjunto de síntomas presentados como resultado de un ataque o acoso sexual, explica la doctora Callie Wight, consejera psicosocial de Salud de la Mujer de la Administración de Veteranos de Los Ángeles. Wight dice que los hombres también suelen padecerlo, pero la tasa es notablemente baja en relación con el sexo opuesto: diez mujeres por cada hombre.
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