
La filosofía china de los negocios triunfa por desalmada, desleal y vertigonosa: los chinos (o coreanos) emigran, abren un local, contratan a ex empleados de otras cadenas de pequeñas superficies, aprenden el negocio, despiden a sus dependientes, cubren con uno de los suyos cinco plazas y terminan operando un negocio con diez sueldos menos que la competencia, productos adquiridos fuera de las encarecedoras cadenas de distribución… como las tiendas de barrio.
La canibalización china (que se extiende al comercio, la moda, el cine y todo campo redituable que se nos ocurra) ha llegado a la web 2.0, y bajo la premisa de “y si te no puedes controlar el acceso de contenidos, entonces clona”, China anuncia la creación de su Google, el buscado “Gooje”.
Los mejores contenidos de la red, en caracteres ideográficos, debidamente censurados, para el país más poblado del mundo. Toda una lección de libre empresa.
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