“Mi jefe es como un androide”, dice en forma curiosa Natalia Sánchez. El calificativo se lo ganó porque responde a un estilo de trabajo que se enfoca en angustiarse por todo. Aquí un breve análisis sobre los jefes.Como jefe, “en lugar de motivar a sus empleados, delegar en ellos responsabilidades y defender proyectos, hace lo contrario sólo por querer alcanzar un resultado numérico en la compañía, o por conservar la chamba”, señala la psicóloga del trabajo por la UNAM, Berenice Vallejo.
Eso hace que la creatividad de los empleados a su cargo se limite, terminan por no exponer nuevas ideas porque saben que no tendrán trascendencia y, la mayoría, termina por buscar otro trabajo, sobre todo si se trata de jóvenes profesionistas que no tienen grandes compromisos, añade la Vallejo.
En el libro ‘El principio de la zanahoria’, que incluye alrededor de 200,000 entrevistas en organizaciones, sus autores Adrian Gostick y Chester Elton, refieren que aproximadamente un 80% de las personas que dejan voluntariamente su trabajo, citan la falta de reconocimiento como una de las causas principales.
Según los autores no es suficiente con que el director de la empresa decida mandar a hacer reconocimientos, y de un día para otro, felicite a todo el personal. La cultura del reconocimiento, indican en su obra, implica: hacerle saber al empleado lo que se espera de él; darle los medios y la información correcta para cumplir con su labor; demostrar confianza en las decisiones que tome; y acostumbrarlo a la retroalimentación, que el trabajador entienda cuáles son sus errores y aciertos.
A decir de la psicóloga del trabajo, existen perfiles directivos que fácilmente reducen el nivel de compromiso de los trabajadores, por ejemplo:
- El Jefe yo-yo. Es la conducta tradicional de los superiores que son arrogantes y se consideran como los únicos capaces de hacer bien las cosas. Es actitud de inseguridad intimida a los empleados y el resultado es que éstos le den la espalda, no colaboren en la medida esperada con los proyectos y terminen por desmotivarse.
- El “todos podemos”. Se trata de una persona con gran capacidad de sacrificio, al menos eso demuestra cuando un jefe le pide un reporte de un día para otro y sólo alcanza a decir “sí, hoy lo trabajo hasta la madrugada con mi equipo”, señala Vallejo. Se le dificulta decir “no”, eso genera que pase por alto las necesidades de sus subordinados, y éstos lleguen a detestarlo por pasar por alto sus tiempos y carga de trabajo, en especial si se labora en empresas que miden el desempeño por cumplimiento de objetivos.
- Los poco creativos. Son personas que dependen de la buena voluntad de los demás, es decir, son jefes sumisos, carecen de imaginación y, sobre todo, les cuesta aceptar nuevas propuestas de sus empleados.
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