jueves, 5 de mayo de 2011

Deja de huirle al esfuerzo

Se dan cuenta cuanta energía le invertimos a huir del esfuerzo? Le damos hasta cuatro vueltas a las cosas con tal de “no enfrentar de frente” porque parece demasiado esfuerzo.
Inventamos carros, motos, teléfonos, celulares, aspiradoras, etc. que si bien es cierto, ayudan mucho, siendo sinceros la base de todos esos inventos es “evitar la fatiga” lo más posible.

Queremos un vientre plano, así que alguien inventa un aparato que Sin Dietas, Sin Esfuerzo, con solo 10 minutos de ejercicio, tendrás esos abdominales que parecen de plástico (de tan exactos que se ven). El mejor de los inventos. El colmo de la hueva son las pastillas y líquidos “quemagrasa”. Que prometen sin levantarte del sillón, esculpir tu cuerpo. Ajá.

Y ahí vamos como moscas a la miel, corriendo a comprar lo último que nos dice arreglará los problemas sin que nos cueste trabajo, tiempo, esfuerzo. Creo que es naturaleza humana. Pero es naturaleza del mundo en el que vivimos, que las cosas necesitan diferentes niveles de esfuerzos para llevarse a cabo.

Huirle al esfuerzo solo te llevará a seguir acumulando esa deuda. Seguir acumulando grasa en tu cuerpo, Seguir desperdiciando dinero en el banco donde no te dan ningún tipo de rendimiento, seguir poniendo de pretexto el “no tener tiempo” para aprender un poco de finanzas, hacer 30 min diarios de ejercicio, dedicarle unas horas extras a ese proyecto que tanto te interesa, etc. etc. etc.

Huirle al esfuerzo también es la manera más efectiva de caer en fraudes, estafas y robos. ¿A quién le robó su contador? al que le daba flojera checar lo que éste hacía y hacer el mismo los pagos en el banco. ¿A quién le cobró demasiados intereses el banco? al que le dio flojera leer el contrato y las condiciones de su tarjeta. ¿A quién estafó esa empresa fantasma que prometía rendimientos maravillosos a cambio de un pequeño monto de inversion? Adivinaron!!

Y ¿no es irónico que el huirle al esfuerzo termina costandonos más esfuerzo? y dinero, y tiempo, y estrés, y corajes…

Todo lo que vale la pena, cuesta algún nivel de trabajo. ¿Queremos pasar nuestros días con puras cosas que no valen la pena solo porque nunca quisimos tomarnos la molestia?

El problema es la desidia y esta se ubica entre las dos orejas que tienes. Se que es más fácil decirlo y escribirlo que hacerlo, pero el primer paso empieza por algún lado. Empieza hoy, y más pronto de lo que te imaginas, tus finanzas estarán mejor.

Si el esfuerzo fuera tan malo, no dejaría tan dulces e increíbles recompensas.

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